A veces es por falta de tiempo, y a veces por simple desconocimiento. Pero atajar los problemas con antelación es una de las claves que determinan la gravedad de un problema dental, y lo invasivo de su tratamiento. Por eso, en este artículo queremos hablar de razones para ir al dentista.
Porque, con un poco de información, puedes evitar los molestos síntomas que te llevan directo a urgencias dentales.
5 señales de que debes ir al dentista
Sangrado de encías
El sangrado de encías se debe principalmente al intento del organismo de combatir y expulsar una concentración de bacterias del tejido periodontal.

El sangrado se produce frecuentemente en el momento del cepillado. Concretamente, cuando las cerdas del cepillo entran en contacto con la encía y abren una pequeña vía para liberar sangre acumulada. Y aunque no es malo que esa sangre salga, es un síntoma.
El problema que lo causa es la presencia de restos fermentables en las zonas interproximales (entre diente y diente). Las bacterias encuentran un rincón con las condiciones ideales para reproducirse, y la reacción del cuerpo es protegerse contra su avance. Pero cuanto más tiempo pasa, más grande se vuelve la colonia, y el organismo no encuentra (porque no la hay) la manera de enviar más sangre.
Cuando esas bacterias se filtran bajo la encía, su avance se acelera. Ahí es cuando aparecen las enfermedades periodontales, que ya están relacionadas con enfermedades no dentales como el Alzheimer, la diabetes y diversos tipos de cáncer, como el de hígado.
Lo mejor para evitar el sangrado de encía es, aunque parezca contradictorio, utilizar hilo dental a diario. Solo así se puede retirar los restos de comida de entre los dientes. Y este es una de las más ignoradas razones para ir al dentista.
Mal aliento
A menudo se dice que el mal aliento empieza en el estómago, aunque no es del todo cierto. Efectivamente, el aparato digestivo empieza en la boca, y por eso es tan importante mantener buenos hábitos de higiene dental.
La halitosis (nombre técnico del mal aliento) suele estar causada por la acumulación de restos de comida en rincones donde no llega el cepillo. Su putrefacción no solo genera mal aliento. También favorece la reproducción de las bacterias, hace que las encías sangren y provoca inflamaciones. Inflamaciones que debilitan lentamente los tejidos y el sistema inmunológico, y que pueden derivar en infecciones.

La lengua también es un terreno muy fértil para las bacterias causantes del mal aliento. De hecho, muchas personas consideran que la capa blanquecina que tienen sobre la lengua es normal. Pero lo cierto es que esa capa está compuesta por bacterias, y llega mucho más lejos de lo que se alcanza a ver.
Los casos más extremos son los que causan los tonsilolitos, pequeñas bolas adheridas a las amígdalas, con una alta concentración de bacterias instaladas sobre el tejido.
Dolor
El dolor es la principal razón por la que la gente acude al dentista. Y normalmente, esa visita es a urgencias dentales: cuando se ha vuelto insoportable o amenaza un evento importante, como unas vacaciones.

Es el síntoma que más y mejor convence. Pero lamentablemente, cuando el dolor irrumpe ya es tarde para intervenir de forma preventiva, y solo se puede realizar tratamientos invasivos que no ayudan a combatir el miedo al dentista.
Caries, infecciones, abscesos… El dolor puede estar causado por muchas razones, pero aparece sobre todo cuando un nervio o tejido se ve expuesto al aire, a cambios de temperatura o a agentes externos.
Por eso, siempre decimos que si algo duele es porque algo pasa. Y por eso es la primera pregunta que hacemos cuando recibimos llamadas de urgencia ya que, como dijo el antropólogo David Le Breton:
“el dolor no se deja aprisionar en la carne, implica un ser humano diferente”
Y aunque la sensibilidad no sea exactamente dolor, es su antesala. Ambas son razones para ir al dentista, aunque no con la misma urgencia.
Coloración y / o manchas
El color de los dientes varía en cada persona. Cosas de la genética. Además, varía con el paso del tiempo, a medida que el esmalte se desgasta naturalmente y que la dentina – naturalmente amarilla se hace más visible. Es normal que los dientes tomen un tono más amarillento con los años. Un poco menos es que los dientes tengan el color blanco que vemos en los anuncios. Y si te interesa ese tema, puedes leer nuestro artículo sobre el blanqueamiento dental.
La coloración y las manchas no son solo cuestión de estética dental. Su alcance y gravedad dependen del color, el tiempo y la localización de las manchas.
Los hábitos hacen mucho. Primero, los alimentos ácidos como el café, el vinagre, la salsa de soja o el limón desgastan el esmalte de forma agresiva y provocan manchas. Segundo, fumar aumenta la temperatura en la boca y hace que el alquitrán se fije a los surcos del esmalte y a algunos lugares específicos. No olvidemos que cada persona fuma a su manera.

Por último, las manchas blancas son la primera señal de que hay una caries, aunque esta no haya desarrollado cavidades. Pero esa caries debe ser tratada lo antes posible: si la puedes ver, es probable que el esmalte no sea muy grueso y que se convierta rápidamente en una pulpitis.
Aquí puedes leer un poco más sobre la caries y sobre la caries infantil, un serio problema del que se habla poco, pero que debemos incluir entre las razones para ir al dentista
Microfracturas
Es normal que algunas acciones cotidianas desgasten lentamente los dientes. Desde la masticación hasta pequeños accidentes al hablar o al morder. El esmalte dental es tan duro que ni nos damos cuenta, ni vemos consecuencias.

Pero hay algunas microfracturas en puntos críticos de un diente (por ejemplo, en su zona más cercana a la encía, también llamada cuello) que pueden alterar la distribución de las fuerzas en la masticación. Y ese problema (llamado abfracción) se puede agravar si hay algún problema de maloclusión o de bruxismo.
Reequilibrar esas fuerzas no tiene por qué ser difícil o doloroso. En muchos casos, unas carillas dentales pueden ser la solución, aunque siempre dependerá de los daños. Pero ignorarlo puede hacer que un pequeño golpe haga saltar porciones más notorias.

Conocimiento es poder: la filosofía Arte Sano
Todo en la boca está relacionado. Desde la posición de los dientes y el PH de la saliva, hasta los hábitos de higiene y el mal aliento. Las razones para ir al dentista que hemos nombrado aquí arriba son síntomas de que algo va mal. Pero a menudo se cree que las cosas solo son importantes cuando van mal cuando, en realidad, las cosas van mal cuando no se les da importancia.
En la Clínica Arte Sano creemos que la información es el primer paso para conocerse mejor, y por eso la educación es uno de los pilares de nuestra filosofía. Porque el cuerpo habla a su manera, y todos deberíamos comprenderlo.