10 mitos sobre salud dental

La salud dental es algo serio. Tan serio que ha estado apartado del interés público durante mucho tiempo. Tanto tiempo, que se ha creado hábitos como el de parchar problemas sin resolver su causa, o el de «si no duele, no pasa nada». El resultado: el miedo al dentista y el golpe estético, anímico y económico de realizar un tratamiento por una urgencia dental.

Con internet esto ha cambiado. Cada vez hay más información y cada vez es más accesible. Pero el desinterés sigue estando ahí, y la desinformación con él. Y cuando la desinformación se convierte en problemas graves de salud dental, se da por ciertas explicaciones no siempre correctas.

Lo mejor es usar palillos

No. Los palillos pueden ser prácticos para eliminar restos visibles cuando el tiempo escasea, pero no bastan, y en ningún caso pueden sustituir el cepillado y el uso de hilo dental. Por un lado, porque solo llegan a un pequeño espacio frontal. Por otro, porque pueden provocar pequeñas heridas en las encías, donde las bacterias pueden entrar y provocar problemas más serios.

La frecuencia del cepillado y usar hilo dental son las claves para evitar que se formen las colonias de bacterias que favorecen la enfermedad periodontal, o las temidas caries interproximales.

Los cepillos duros y los enjuagues fuertes limpian más

Existe la falsa creencia de que los cepillos de cerdas duras limpian más o mejor que los de cerdas medias o blandas. Lo cierto es que suelen ser muy agresivos tanto para los dientes como para las encías. Desgastan el esmalte dental y son agresivos para las encías, ya que exponen el cuello de los dientes, donde el esmalte es más fino.
Salvo si te lo indica tu dentista, siempre deberías utilizar cepillos de cerdas blandas y cabezal pequeño para asegurarte de que llegas a todos los rincones de tu boca.

Lo mismo podemos decir de los colutorios fuertes. Son líquidos y llegarán donde tu cepillo no lo hará jamás, aunque eso no garantiza la eliminación de, por ejemplo, la placa o el sarro.
Además, los enjuagues fuertes pueden eliminar muchas bacterias que están naturalmente presentes en la boca. Eso puede desequilibrar la flora bacteriana y ser la causa de problemas y enfermedades no dentales a largo plazo. Por ejemplo, la diabetes, cáncer o Alzheimer.
Los hay de muchos tipos y composiciones, y también para uso diario. Lo mejor es utilizarlos como complemento, nunca como sustituto. Consúltalo con tu dentista.

El mal aliento nace en el estómago

No es del todo cierto. Entre el estómago y la boca está el esófago. Y el esófago cuenta, en su entrada, con una válvula que dirige lo que entra por la boca hacia el tracto digestivo o el respiratorio. Esa válvula es la glotis, responsable de que, por ejemplo, no podamos respirar mientras tragamos.

Las bacterias responsables de la halitosis (el mal aliento) se concentran en la lengua, que llega mucho más debajo de lo que vemos. No hay una cultura muy extendida de limpiarse la lengua, y eso no ayuda a mantener un entorno sano dentro la boca, ya que esas bacterias…

No me cepillo porque sangro

El sangrado de encías es un síntoma de que la encía no está sana, y un problema que se ha normalizado peligrosamente. Te recomendamos leer nuestro artículo sobre el sangrado de encías.

Las encías sangran cuando las bacterias causantes de la periodontitis actúan entre diente y encía. El organismo las intenta eliminar con más sangre rica en glóbulos blancos, pero la dureza del cálculo lo hace imbatible.
No cepillarse deja que la inflamación continúe, invadiendo la raíz del diente y los dientes vecinos. Y esa expansión solo aumentará el área de sangrado y agravará las cosas.

Ante todo, si te sangran las encías debes mantener y reforzar tu higiene dental.
Pero lo mejor es que acudas a tu dentista cuanto antes para evaluar los daños y hacer la limpieza correspondiente: la que solo un profesional te puede dar

Si tengo periodontitis voy a perder dientes

No necesariamente. Pero sí que dependerás de tener una disciplina militar con tu higiene dental. La periodontitis es una enfermedad crónica irreversible, cuyo avance solo se puede frenar, no detener. Los problemas son serios cuando empieza la recesión gingival: la encía se retrae, el diente queda más expuesto y pierde sujeción. Se trata de una enfermedad silenciosa que actúa bajo las encías, y a menudo se la descubre cuando ya es tarde.

Pero no todo está perdido. Una limpieza dental profunda y curetajes pueden reducir su avance y anticipar su evolución para tomar medidas preventivas.

No vale la pena tratar caries en dientes de leche

La caries infantil existe, es más frecuente de lo que cree, y mucho más grave de lo que se imagina.

Aparece como resultado de una serie de factores: alimentación, hábitos de higiene y, sobre todo, falta de información. Se suele pensar que la caries se queda en el diente y que puede permanecer controlada hasta que el diente afectado caiga. Pero la realidad es que, como los dientes están en contacto, las bacterias se pueden extender a otros dientes o, peor aún, bajo la encía, dando origen a una enfermedad periodontal temprana.

Si los dientes definitivos de un niño salen enfermos, las consecuencias marcarán toda su vida: caries destructivas, pulpitis y endodoncias, problemas periodontales tempranos, una mordida incorrecta y una altísima dificultad para realizar tratamientos restauradores. Y además del mal aliento permanente y la estética dental, los traumas de no poder hablar, comer, o sonreir con normalidad le crearán una fuerte inseguridad.

Nuestro artículo sobre la caries infantil contiene una explicación más detallada de los riesgos y los daños que pueden tener en la calidad de vida de toda la familia.

#7. Es normal perder dientes con la edad

Sí, pero no. La frase está llena de trampas, porque cada persona tiene una historia, una genética y unos hábitos diferentes. Hay gente de 90 años con una dentadura perfecta y gente joven con graves problemas.

Uno de los factores decisivos es el de la falta de información en salud dental, cosa que está relacionada, a su vez, por factores como el acceso a la salud dental, el nivel socioeconómico o el miedo al dentista.
Al hábito de higiene se debe sumar el de las visitas de revisión, porque no todo depende de cepillarse los dientes cada día.

#8. Las limpiezas dentales deterioran el esmalte

Rotundamente falso. Más bien, es al contrario. No hacerse limpiezas dentales lo deja desprotegido.

En una limpieza dental hay un proceso de rascado y pulido del sarro y el cálculo. Y la sensación con la lengua es de notar los dientes más finos, pero no es más que eso. Una sensación, y costumbre. Es más, un cepillo muy duro, o tomar mucha Coca-Cola puede ser muchísimo más agresivo para el esmalte dental.

Una limpieza dental es un procedimiento sencillo y totalmente inofensivo cuando se hace en una clínica profesional y con el equipamiento adecuado.

Es muy importante hacerse, como mínimo, una al año, aunque eso depende de los hábitos y la genética de cada persona. La limpieza dental es la única manera de deshacerse del sarro y el cálculo que se forman en los espacios interdentales, más allá de donde llegan el cepillo y el hilo dental.
El proceso es sencillo, pues combinando agua a presión y una leve vibración se retira el cálculo, para después pulir las faces del diente y eliminar las manchas. Es poco agresivo y se usa instrumentos diseñados para reducir cualquier posible daño.
Y si, en cualquier caso, se produce algún daño en el esmalte, las consecuencias mucho menos graves que las de que puede provocar la enfermedad periodontal.

#9. Los implantes provocan rechazo

Pueden, si una enfermedad periodontal ha alcanzado el hueso. Y eso suele suceder cuando pasan años sin hacer una visita al dentista. Siempre decimos que quien no acude al dentista con frecuencia, lo hace con urgencia.

Los implantes dentales son una de las soluciones más efectivas para restaurar la estética y la función dental. Además, son muy seguros: se hacen con titanio, que es totalmente biocompatible y tiene una osteointegración muy rápida. En otras palabras, se suelda al hueso dando una sujeción muy sólida.

El rechazo se puede producir cuando ya hay un daño significativo en el hueso o en los tejidos periodontales, y los riesgos siempre son evaluados y comunicados al paciente cuando se realiza un presupuesto dental.

#10. Si no duele, no pasa nada

Esta frase es la causa de casi todas las urgencias que atendemos en Arte Sano.
La mayoría de los problemas dentales ocurre donde no se los puede ver: bajo la encía, entre los dientes, o dentro de ellos.

Esperar a que aparezca el dolor solo agrava los diagnósticos, y además es el combustible de la odontofobia, pues implica tratamientos dentales más costosos, más frecuente, y más dolorosos.

Tu salud dental es una revisión al año

Por eso debemos insistir: la regularidad en la visita al dentista es muy importante para la salud dental, para la no dental, y para evitar situaciones y gastos inesperados que pueden afectar a tu calidad de vida. Invertir en salud dental es invertir en uno mismo.

¿Y tú, ya has hecho tu revisión?

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